lunes, 28 de marzo de 2011

¿Razones para creer?

La nueva campaña de Coca-Cola en la que nos venden su producto hablando de la supuesta situación actual del mundo al son de una versión coral del tema 'Whatever' de Oasis interpretada por unos simpáticos y motivados infantes está dando bastante de sí. Además de las buenas críticas del spot en sí, a la altura de otros que ha hecho la corporación, las versiones que han aparecido del anuncio no han sido pocas. Unas contradicen lo expuesto por la multinacional y otras trasladan el mensaje a su terreno particular. A continuación os enlazo el spot original, por si hay alguien que aún no lo ha visto, y os dejo alguna versión más que me han parecido interesantes. Si os sabe a poco, no tenéis más que buscar por la red. En cualquier caso, parece que, en ojos de otros, las razones para creer en un mundo mejor que esgrime Coca-Cola, pueden no ser tan evidentes.

lunes, 21 de marzo de 2011

Libia: lo tienen crudo, tienen crudo

El panorama de Libia es crudo. Los bombardeos sobre su territorio han comenzado pero, ¿qué se derivará de ello?
Hay que partir de la base de que Gadafi no merece defensa alguna. Sus actitudes no merecen un ápice de disculpa y sus últimas comparaciones con Franco no es que caigan en gracia por aquí.
Pero, ¿es justa esta guerra? ¿Se lograrán los fines que nos tratan de vender los ‘aliados’? Particularmente, soy escéptico.
Quiero insistir: Muamar el Gadafi no debería seguir en el poder. Lamentablemente, esta intervención tiene la posibilidad de que todas las bombas utilizadas ni despeinen al dictador y que, por el contrario, afecten a otros: soldados y mercenarios, población civil o incluso a los propios rebeldes.
Víctimas mortales tras los bombardeos de cazas franceses cerca de Bengasi. Foto: AFT
Me gustaría pensar que esta guerra ‘humanitaria’ no va a dar lugar a una serie de ‘daños colaterales’ traducidos en muertes y mutilaciones o en daños menos colaterales como la destrucción de viviendas u otras edificaciones civiles. Sigo siendo escéptico.
De momento, la intervención tiene la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, un consejo formado por una serie de países que suelen responder principalmente a sus intereses.
Y es que, además de las dudas anteriores, me sobrevienen otras. ¿Sucedería lo mismo si, en lugar de Libia, estaríamos hablando de otro país africano? Ejemplos hay varios en el continente de contiendas y de dictaduras. ¿Por qué nunca se actuó? Probablemente no era rentable y actuar en Libia sí lo es. Efectivamente: tienen petróleo.
No es extraño que el Consejo de Seguridad de la ONU actúe por oportunismo. De momento, nos están vendiendo lo malo que es Gadafi (que re-insisto: lo es) diciéndonos que está atentando contra infraestructuras y personas civiles aunque nadie ha visto ninguna imagen. La guerra ‘preventiva’ ya está vendida y lista.
No me extrañaría ver en un futuro no muy lejano a Gadafi aún en el poder (o no; aunque EEUU ha reconocido que existe la posibilidad de que permanezca), un país destruido pero sumido en una guerra civil y a Occidente feliz tras haber robado (sí, literalmente) los recursos naturales de un país para luego continuar haciendo negocio con la venta de armas a sus habitantes.
Sadam Husein era un dictador y un sanguinario pero los bombardeos sobre Irak casi hicieron que la población le acabase echando de menos. Esperemos que no suceda lo mismo aquí.
Me asaltan nuevas preguntas: ¿Las matanzas se paran con matanzas? ¿Los pueblos se liberan con bombardeos? ¿La democracia se impone con pistolas? ¿Qué fue del ‘No a la guerra’?
Lamentablemente, no tengo las respuestas. Lo evidente es que Libia tiene crudo, como crudo es lo que le espera.

jueves, 17 de marzo de 2011

Él va corriendo

José Ignacio Echeverría es un hombre que va corriendo. Corre demasiado y, en ocasiones, sin detenerse. Lamentablemente, la pasada semana no supo frenar. Y tal era su ímpetu, que tropezó y fue a parar a un terreno un tanto pantanoso, metiendo su pierna (o pata) hasta el fondo.
José Ignacio Echeverría afirmaba el pasado día 10 que el Metrobús (nombre con el que se denomina en Madrid al bono de metro de diez viajes) no existía, respondiendo textualmente así al socialista Modesto Nolla: -"Lo primero que le quería preguntar ¿qué título utiliza usted para coger el transporte público? Creo que no lo coge nunca porque el Metrobús yo creo que no existe y entonces, si usted tiene el título del Metrobús... ¡Pues nos vamos todos! ¡qué no existe!". Etcheverría corrió demasiado. Mejor habría sido que se hubiese frenado un poco. Que se hubiera detenido a pensar.
Resulta curioso que Echeverría desconozca este dato siendo él el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid y siendo él quien anunció la subida de precio de 7'40 euros a los 9 que cuesta en la actualidad en el año 2010 (Nolla le reclamaba precisamente una bajada de este precio). Y tampoco deja de ser curioso como el resto de la bancada del PP, con Esperanza Aguirre a la cabeza, aplaudía la perla de su consejero.
Modesto Nolla, portavoz socialista de Transportes en la Asamblea madrileña, debía conocer algo mejor la realidad del transporte de la ciudad y es que Echeverría fue a dar con alguien que no tiene ni coche, ni carnet y que suele desplazarse en transportes públicos.

En fin, que ese día, afortunadamente, no subió más el precio del metro en Madrid. Lo que debió subir fue el pan.
Inevitable y particularmente, esto me ha recordado a los famosos 80 céntimos del café de Zapatero. Entonces quedó claro que el presidente hacía tiempo que no pagaba un café y la pasada semana quedó patente que Echeverría, además de desconocer sus competencias, no utiliza el transporte de su consejería. Seguramente él (y la mayoría) prefiera ir en Mercedes o en Audi. O ir corriendo.

sábado, 12 de marzo de 2011

Tragedia en Japón con escala en Haití

1.700 muertos y subiendo. Un desastre natural y un panorama tan espectaculares como caóticos. Como consuelo queda que Japón es un país preparado en este sentido (el terremoto apenas ha tenido consecuencias; sí el tsunami) y que, con mayor o menor brevedad, saldrá adelante. Pero, ¿y si esto pasa en un país subdesarrollado? En Haití, por ejemplo. Precisamente ellos lo sufrieron hace poco más de un año. Y hoy, con el paso del tiempo, están aún peor. En su día, al menos ocuparon cuatro portadas, hicieron gastar tinta y ello hizo aflorar nuestras sensibilidad y solidaridad momentáneas. Ahora han caído en el olvido de la prensa y casi del mundo sin haber apenas levantado cabeza.
Preocupémonos y ayudemos a Japón, lo necesitan. Pero no olvidemos a Haití. Ellos lo necesitan más.
Y ahora me centro exclusivamente en el archipiélago nipón y en el estado de alarma nuclear. Del mismo modo que ha explotado la central de Fukushima, algunos también lo han hecho: -"¿No era segura la energía nuclear?".
De momento, y que así sea, no estamos ante un nuevo Chernóbil pero esto evidencia que estamos expuestos a un peligro real.
La energía nuclear es cara (a pesar del apaño de cifras de promotores y protectores) y peligrosa (nadie está exento de una catástrofe natural o de un acto terrorista).
En cualquier caso y aún con esto, no tardaremos en escuchar a nuestros políticos conservadores, a nuestro Ministro de Industria, a sus medios afines, a los neocon o a los mercenarios del lobby eléctrico que hay que construir más centrales.
Las energías renovables son limpias, inocuas y, en caso de catástrofe natural, pueden continuar con el suministro. En cualquier caso, yo soy un ignorante que desconoce las soluciones pero que, en cambio, conoce los problemas. Y tengo claro que las generaciones venideras no son culpables de que las actuales queramos vivir por encima de nuestras necesidades y aprovechemos mal las fuerzas naturales.

jueves, 10 de marzo de 2011

Que no se os olvide

Creo que se os ha olvidado hacer un comentario en mi primera entrada del blog. Con poca cosa me apañaba. Una línea, un saludito... Nada, por decir que habías pasado por aquí, más que nada.
En cualquier caso, os dejo aquí una campaña original que se acuerda precisamente de la gente que no puede recordar: una campaña de sensibilización contra el alzheimer.
Probablemente la mayoría la reconoceréis por su notoriedad y porque fue pasando en forma de cadena por nuestros mails. Pero para quien no la conozca o ahora no la recuerde, aquí está.
Que pueda ayudar a quienes padecen la enfermedad y que ellos jamás caigan en nuestro olvido.

Todo final tiene un principio

Está claro que, en muchas ocasiones, la gente no sabe en qué dar. Y algo así me pasa a mí. Tanto es así, que he creado este blog. Aunque lo realmente preocupante no es lo mío (ya irreversible) sino lo tuyo, amigo/a lector/a. Tú sí que debes estar sumido en el más atroz de los aburrimientos para haber venido a parar aquí. Qué raro que no tengas nada mejor que hacer...
En fin, ya que te ha dado por dejarte caer por estos lares, toma esa cuerda de la derecha (es simbólica, una metáfora, deja de buscar ya) y ayúdame a izar el telón que haga arrancar este proyecto. Comenzamos.
'Batallas con inserción publicitaria' quiere aproximar dos realidades comunicativas como son el periodismo y la publicidad. Aquí se presentarán temas de actualidad y anuncios sorprendentes; habrá opinión y habrá polémica; se contarán historias cercanas o ideas geniales. Ya veis. Muchos y diversos flancos abiertos, muchas batallas en las que guerrear.
Dicen que es mejor centrarse en una cosa que tratar de abarcar demasiadas porque al final no se saca nada en claro. Muy cierto. Pero siempre me ha gustado arriesgar.
Historias actuales con anuncios publicitarios. La razón del título del blog es de abrumadora evidencia. Quizá la url sea demasiado larga (batallasconinsercionpublicitaria.blogspot.com) pero, ¿qué más da? Si no lo tenéis que teclear. Lo guardáis en 'Favoritos' y listo.
Al concluir Periodismo, una profesora me dijo: -"Hazte un blog. Escribe y ahí te dejarás ver". Y aunque hoy lo he hecho, no sé si le gustará saber el motivo real de su creación. Y es que, ahora que nadie nos oye, hay que decir que este blog nace para ser parte de una asignatura de 4º curso de Publicidad y Relaciones Públicas (aprovecho estas líneas para enviar un efusivo saludo al profesor, que seguro que sí me lee) pero, a pesar de ello, no tiene una fecha de caducidad puesta de antemano. No quiero echar el cierre sin haber abierto. De momento, ese final no se atisba. Pero ese final tiene aquí su principio.
Disfruten.