Hemos tenido que esperar 33 años para que la Vuelta Ciclista a España volviera a circular por carreteras de Euskadi. Más bien, han tenido que esperar. Sí, los aficionados vascos al ciclismo que eran privados de poder disfrutar de una de las grandes rondas de este deporte en su tierra. La Vuelta, creada por el periódico El Correo, regresó a la tierra donde nació.
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| El público presencia la subida a El Vivero. |
Desgraciadamente, si esto no se ha dado antes, ha sido por intereses políticos y por personas a quienes el hecho de que haya algo que lleve en el nombre la palabra ‘España’ y se asocie a Euskadi les produce una especie de urticaria.
En la etapa, el público vasco ha inundado las carreteras. Gente amante del ciclismo a quienes no les importa hacerse un puñado de kilómetros para ver una etapa en los pirineos franceses y que, obviamente, cuando una gran etapa pasa delante de su casa, también acuden con fervor.
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| Manifestantes cerca del Sagrado Corazón en Bilbao. |
Hubo quienes se concentraron en la frontera entre Cantabria y Euskadi y en Bilbao para protestar contra el paso de la Vuelta por allí. El escasísimo número de los manifestantes contrastó con los cuantiosos aficionados que abarrotaron las carreteras de El Vivero y Bilbao. Quizá esto signifique que, al menos en este caso, la ciudadanía a la que creen representar esos manifestantes no les da la razón.
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| Igor Antón encabeza la etapa ante su público. |
Para completar el día y para regocijo de la afición local, un ciclista del Euskaltel-Euskadi y de Galdakao, Igor Antón, resultó vencedor de la etapa en “Bilbao, la capital del mundo”, como declaraba exultante el ciclista tras cruzar la meta.
Esto no es ni una batalla perdida del independentismo ni una victoria del españolismo. Quien lo vea así, quizá sea un tanto obtuso de mente. Simplemente se trata de una gente que, poco o nada importa si se sienten vascos, españoles o si son nacionalistas o dejan de serlo. Lo que importa es que les gusta el buen ciclismo y ya tienen la oportunidad de tenerlo en su tierra.
No es política. Es deporte. El que sirve para crear y para unir.
