Ayer se celebró en Donostia-San Sebastián la Conferencia Internacional de la Paz. ¿Era necesaria? A priori podría decirse que no. En el Palacio de Aiete se dieron cita dirigentes de todos los partidos políticos vascos (a excepción de dos, PP y UPyD) a los que rodearon un ex secretario general de la ONU, dos antiguos jefes de gobierno europeos, un puñado de ex ministros de diferentes países, más representantes de empresarios, sindicatos, Iglesia y organizaciones sociales.
Interior del Palacio de Aiete durante la Conferencia. Foto: AP. |
A pesar del prestigio innegable de estas personalidades venidas de fuera, es complicado creer que con su presencia en una sola jornada y a través de unas conclusiones que caben en un folio por las dos caras, se va a dar solución a un conflicto de 50 años.
No obstante y a pesar de lo apuntado, si esta Conferencia es un paso necesario e ineludible para escenificar que Batasuna demande a ETA la renuncia de la violencia, si es un trámite que se debe dar para iniciar la etapa del fin de ETA y es un aporte para conseguir que no se vuelva a producir una muerte más, bienvenidas sean todas las personalidades y bienvenida sea esta Conferencia de la Paz. Si se logra eso, sí habrá merecido la pena.