martes, 18 de octubre de 2011

¿La Conferencia de la Paz es necesaria?

Ayer se celebró en Donostia-San Sebastián la Conferencia Internacional de la Paz. ¿Era necesaria? A priori podría decirse que no. En el Palacio de Aiete se dieron cita dirigentes de todos los partidos políticos vascos (a excepción de dos, PP y UPyD) a los que rodearon un ex secretario general de la ONU, dos antiguos jefes de gobierno europeos, un puñado de ex ministros de diferentes países, más representantes de empresarios, sindicatos, Iglesia y organizaciones sociales.
Interior del Palacio de Aiete durante la Conferencia. Foto: AP.
Ciertamente, no es necesaria la presencia de gente como Kofi Annan para ilustrar a los vascos cuál es el camino hacia la paz. Ellos ya lo saben. Y ese camino pasa por el final de ETA, el reconocimiento de las víctimas, hacer legales a todas las fuerzas políticas, el diálogo entre las partes e incluso la generosidad con los presos.
A pesar del prestigio innegable de estas personalidades venidas de fuera, es complicado creer que con su presencia en una sola jornada y a través de unas conclusiones que caben en un folio por las dos caras, se va a dar solución a un conflicto de 50 años.
No obstante y a pesar de lo apuntado, si esta Conferencia es un paso necesario e ineludible para escenificar que Batasuna demande a ETA la renuncia de la violencia, si es un trámite que se debe dar para iniciar la etapa del fin de ETA y es un aporte para conseguir que no se vuelva a producir una muerte más, bienvenidas sean todas las personalidades y bienvenida sea esta Conferencia de la Paz. Si se logra eso, sí habrá merecido la pena.

martes, 4 de octubre de 2011

Millonarios a costa de todos

El trío de máximos directivos de NovaCaixaGalicia ha sido despedido. Y como premio por hundir la caja se van a llevar 23 millones de euros como indemnización. Una indemnización salida del dinero de todos: casi 2.500 millones le fueron dados a esta entidad por parte del Estado.
El ya ex director general de NovaCaixaGalicia ha percibido 10’8 millones. Con el actual sueldo medio de España (21.500 euros), una persona tendría que trabajar cinco siglos para recibir esa cantidad y el presidente del Gobierno (en junio redujo su sueldo a 78.185 euros) tendría que trabajar 138 años.
Estamos ante cantidades que, aunque dantescas, se repiten con frecuencia. Así, están recientes las millonarias cifras que percibieron los ejecutivos de la Caja Mediterráneo, también inyectada con dinero público, o los sueldos que percibirán los máximos dirigentes de Bankia, también acogida al FROB y con Rato a la cabeza.
Ante esto, ni la Fiscalía interviene ni el gobernador del banco de España, Fernández Ordóñez, tan preocupado por la contención salarial y el abaratamiento del despido, habla.
Es indecente la falta de responsabilidad de los directivos que ganan hasta cuando arruinan a la caja; es indecente que se den estas retribuciones en bancos semipúblicos, con dirigentes colocados por los gobiernos autonómicos y cuyas pérdidas pagamos todos; y es indecente que el mismo Estado que recorta los más básicos servicios use el dinero para pagar esos salarios.
Quizá todo eso sea legal. Pero es igualmente inmoral.