miércoles, 11 de abril de 2012

El tirón de Froilán

Froilán tiene tirón. El más evidente es el ‘tirón’ que se pegó en el pie. Es broma. Pero el muchacho tiene algo, un nosequé que le hace ser el mejor de los nietos del Rey.
Bien entrada la noche de ayer, algunos medios ya adelantaban que Felipe Juan Froilán se había disparado con una escopeta. Algo de este calibre (el calibre del tema, no el del arma), como es que un niño manipule un arma de fuego y se autolesione debería ser algo serio pero, como los españoles son unos cachondos y la familia real tan campechana, hemos tenido broma para rato.

Infografía del accidente. Fuente: El País.
Ya por la mañana, Twitter estaba inundado de tweets que hablaban y analizaban el accidente del hijo de Marichalar y la infanta Elena. Algunos culpaban a su padre, debido a que supuestamente había propuesto a su hijo meterse “unos tiriros”. Otros mantienen la culpabilidad paterna pero varían el contexto y es que, según parece, Froilán le dijo a Marichalar: -“Papá, tengo que contarte algo muy importante”, y éste respondió: -“Dispara”. Y el niño, bien educado, le hizo un caso literal. También hay otras versiones que ahondaban más en el asunto y apuntaban a causas histórico-genéticas, argumentando que los Borbones y las armas de fuego no son compatibles.
Nadie sabe cómo es la voz de Froilán. De hecho, nadie sabe mucho sobre su vida. Y, si a pesar de eso, el chico consigue ser un ídolo de masas y trendic topic en Twitter, es que es bueno.
Ser el primero de los nietos del Rey ya le hizo especial y gozar de un mayor foco mediático. En aquel momento, sus padres no ayudaron. En su afán por poner setecientos nombres a la criatura por aquello de ser de la realeza, le llamaron Felipe Juan Froilán de todos los Santos (santos que, pese a ser todos, no le han ayudado ahora). La gente se pudo quedar con los nombres de Felipe o Juan, por aquello de seguir con la tradición familiar, o usar, como su abuelo, un compuesto (Felipe Juan). Pero ya por entonces, los españoles eran unos ‘salaos’ y se quedaron con el nombre más raro: Froilán.
La vida pública del muchacho pasó desapercibida varios años, hasta la boda de su tío, el Príncipe Felipe, con Leticia Ortiz. En el bodorrio demostró que era un chico inquieto, correteando por la catedral y lanzando patadas a sus primos pequeños. Nadie lo vio lo de después, pero yo intuyo que, unas horas más tarde, Froilán inició una guerra de migas de pan en el restaurante.

Uso de armas de fuego en Espña. Fuente: El País.
Ayer, el chico, ya con trece años, se disparó en el pie y le llevaron al hospital. Eligieron la clínica Quirón. Probablemente rehusaron ir a un hospital público porque tenían miedo a que, por alguna de las reflexiones personales de De Guindos, al final les afectara el repago progresivo. Esto no se sabe, en Twitter nadie dice nada.
Ahora hay gente enfadada porque el niño estaba practicando el tiro para cazar y portando un arma sin la edad legal para hacerlo. Pero se debe entender. La caza es una actividad tan inherente a la realeza como bautizar a los niños con setecientos nombres de pila. Hay quien piensa que, a pesar de no cumplir con la legalidad vigente, la Casa Real va a salir impune. Yo tengo mis dudas por dos razones: primero, la multa sería entre 300 y 600 euros y eso no deja de ser calderilla para ellos; y segundo, el accidente ocurrió estando con su padre, Marichalar, y ése ya es un apestado de la Casa Real, a por él sí podemos ir.
Alguna vez me da por pensar cosas extrañas (no muchas porque, en general, no pienso demasiado) y, amparado por los conocidos y dramáticos precedentes familiares, ahora ando dándole vueltas a la cabeza. ¿Podría haber sucedido, en otro contexto, claro, que Froilán hubiese matado al Rey? Quizá hubiese sido gracioso para los tuiteros, quién sabe. Pero, ¿y si mata… a Urdangarín? Lo pensé, pero ya no lo quiero ni pensar.

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