lunes, 4 de abril de 2011

Vomitar

Aberrante, deleznable o grotesca. Son tres ejemplos de adjetivos, probablemente demasiado cordiales, que se le podían dedicar a este ejemplo de publicidad que traigo hoy.
Estamos ante un anuncio de Ralph Lauren. Es bastante antiguo, de 2009. Una publicidad manipulada, como tuvo que reconocer la firma ante el aluvión de críticas, en la que se adelgazaban las extremidades y especialmente la cintura de la modelo Filippa Hamilton hasta lucir una delgadez tan extrema que sobrepasaba lo enfermizo.
Esta modelo, como la inmensa mayoría, no es que destaque por tener mucha más masa muscular pero resulta inadmisible y detestable que, además de vendernos imágenes de chicas a las que difícilmente se les ve de perfil como las ideales, aún quieran distorsionar más y hasta la saciedad unos cánones de belleza ya de por sí dañinos.
No lo haré por sentirme a disgusto con mi cuerpo pero sí cuando veo este tipo de publicidad. Es entonces cuando realmente me dan ganas de vomitar.

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