jueves, 5 de mayo de 2011

Justicia de gatillo

Se murió el perro y prosiguió la rabia. “El mundo es ahora más seguro”, dicen, tras entrar a por un tipo desarmado, dispararle a quemarropa y arrojar su cadáver al mar. ¡Qué paz! Sólo de pensar que este verano, mientras esté bañándome en el mar, puedo toparme con el cuerpo de Bin Laden...
Osama Bin Laden, asesino sanguinario, merecía un final fatal. Y gracias a Estados Unidos, se ha hecho justicia. En este caso, la justicia del gatillo. El país que presume de ser el adalid de los derechos humanos, está acostumbrado a emplearla. Si hace cinco años era Bush el que mandaba a Sadam Husein a la horca y nos dejaba una estampa que nos retrotraía a los tiempos del lejano oeste, en esta ocasión, la ejecución de Bin Laden también ha sido digna de película. Y de esas malas del sábado tarde. Al menos al primero, el denostado por muchos Bush, le permitió ser juzgado por el pueblo irakí. Barak Obama, reciente premio Nóbel de la Paz, para más inri, no le ha dado ni un juicio de Estado. ¡Hasta existieron unos en Nuremberg para los nazis! Pero Bin Laden debía ser ‘más malo’ y peligroso y no lo merecía.
Acompañantes de Bin Laden asesinados. Foto: Reuters.
Desde occidente, la mayoría calla e incluso lo aplaude. Yo, desde la paz que da estar sentado frente al ordenador de casa y a riesgo de ser visto por alguno como otro ser peligroso, me parece un buen momento para criticar la pena de muerte y el terrorismo. También el terrorismo de Estado.
Y, de nuevo a riesgo de parecer peligroso, diré que la justicia tiene poco que ver con disparos en la sien y cadáveres arrojados por la borda. La justicia no se impone a golpe de gatillo.

2 comentarios:

  1. Buenos días Marcos, estoy totalmente de acuerdo con la crítica al sistema de terrorismo de estado, pena de muerte y a cualquier vulneración de los derechos humanos que habita en EEUU país de referencia, quizás por decreto o interés. Todas las personas tenemos el derecho de ser presuntos y un juicio justo. La dicotomía que yo encuentro en todo esto es:¿quien tiene derecho el victimario o la víctima?
    La lógica de la razón me dice que hay que hacer un juicio justo a Bin Laden, la lógica de la emoción me hace cuestionarme, ¿dónde esta mi pareja?, ¿por qué murió mi hijo/a?,¿por qué tuvo que tocarme a mí?
    Y ante este sufrimiento de por vida para los familiares, la verdad, no tengo respuesta.
    Muchas gracias marcos por dar esta oportunidad de expresión.

    ResponderEliminar
  2. Por vez primera respondo a una de mis entradas. Cierto es que poco había antes que responder.
    Yendo directamente a la cuestión que planteas, opino que tienen derechos ambos. Hay que señalar que el paradero de Bin Laden se supo gracias a la confesión de un preso de Guantánamo (quien debería gozar de derechos a pesar de serlo) sometido a torturas. Ni siquiera una información de esa magnitud justifica una tortura.
    Esa lógica de la razón a la que aludes es la óptima en materias de conflicto. Pero cuando alguien cercano está de por medio, y más en uno de semejante calibre, queda enturbiada y distorsionada y ya no se puede hablar de una lógica en su plenitud.

    ResponderEliminar