lunes, 23 de mayo de 2011

Tsunami monopartidista

Gaspar Llamazares, el que fuera coordinador general de Izquierda Unida, acuñaba el término compuesto 'tsunami bipartidista' la noche del 9 de mayo de 2008 para referirse al aumento de representación de los dos grandes partidos en detrimento de su formación, que proseguía su caída en picado.
Ese peligroso tsnunami bipartidista desapareció ayer tras la jornada electoral del 22 de mayo pero el mar electoral irrumpió con más fuerza y peligro penetrando en todo el territorio español y dejando su mapa de color azul. El tsunami era monopartidista.
La batalla electoral de ayer dejó completamente noqueado a un partido que perdió por KO. Su secretario general, además, recibió un estrepitoso puñetazo en la cara. Un auténtico gancho de derechas.
Desde la derecha mediática se habían calificado estos comicios como un plebiscito a Zapatero. El presidente del Gobierno ya ha dicho que concluirá la legislatura pero, si no estaba claro ya, las urnas han dictado que no cuenta con el apoyo de los españoles, ni de los de signo opuesto, ni de los del propio. Se trataba de unos comicios locales y autonómicos pero el batacazo electoral socialista poco o nada ha tenido que ver con la gestión de presidentes y ediles de esta formación. El pueblo ha castigado al rostro más visible. Y el castigo es para Zapatero y el gobierno central. Pero el descontento no sólo viene desde la derecha o desde el centro, también desde la propia izquierda. Una izquierda que, siempre con un voto más crítico, no ha entendido (ni tenía por qué entender) unas medidas de ajuste que, a pesar de evitar la intervención económica, han sido propias de un partido liberal.
El PP celebra la victoria en su sede de la calle Génova.
El Partido Popular está de enhorabuena. Y, desde luego, con sus resultados es para dársela. Pero su ascenso se debe más a la caída socialista que a su propio crecimiento, que apenas supera los dos puntos. Sea como fuere, la táctica de criticar a ultranza a Zapatero y esperar sin ofrecer mayor alternativa, ha triunfado sin paliativos.
Ni la anunciada despedida de Zapatero ha impedido la pérdida de importantes comunidades y alcaldías que eran bastiones socialistas. Ni los votos perdidos por el electorado de izquierdas socialista han supuesto una abrumadora subida de IU o UPyD, aunque han ganado votos.
Como notas destacables, la irrupción de Bildu como segunda fuerza política vasca y primera en número de concejales y el aumento del voto blanco y nulo en más de un punto (sería la cuarta fuerza política).
En un año tocan de nuevo elecciones. Quizá entonces, el PSOE no conserve absolutamente ninguna presidencia de comunidad y el tsunami monopartidista que llega por la derecha continúe arrasando en el territorio español.

No hay comentarios:

Publicar un comentario